Así que aprovechando que he venido antes, he podido retocar unas cuantas fotitos de tartas hechas ya hace tiempo (y ¡tanto!, si alguna es de septiembre). Bueno vamos a lo que vamos con la primera de las tartas.
Una tarta campo de fútbol con sus porterías y todo como la mamá de Alejandro me había pedido; y este fue el resultado.
Las porterías las hice de galleta y para imitar la red, usé glasa con consistencia para escribir, ya que así es un poco mas dura y resiste mas.
La siguiente tarta…ejme, ejem…mejor dicho, las siguientes tartas eran para dos de los mejores chicos que conozco: Toni y Guillem.
Toni es el papá de Guillem y chico, novio, pareja, marido…¡como lo queráis llamar! de mi amiga Lorena; y es que Toni cumplía los tan temidos 40 años y Guillem, pues unos cuantos menos. Así que decidió dar una fiesta sorpresa por tan temida cifra y de paso, también celebrar el cumple de Guillem.
La tarta del peque estaba clara, ya que su mami me lo puso fácil: quería a Chugginton, exactamente al tren rojo que es el preferido de Guillem.
Pero el problema me vino con mi escasa inspiración para la tarta del papi; no por nada en especial, sino porque estaba malita y cuando uno no está bien del todo, las hadas se le van volando para otro lado.
Toni es profesor de autoescuela, motero y profesor de conducción de motos en circuitos ( a parte de amigo); Lorena también lo es. Ella me dijo de hacer algo de motos, una moto…pero no estaba yo muy apañaa para modelar y quería algo original, como la fiesta sorpresa que le estaba preparando su chica. Así que decidí que la tarta, la hiciéramos todos…y no, no os asustéis; no me llevé las máquinas, los ingredientes y tropecientas personas metiendo la mano en la masa, chupando dedos, espátulas, etc…sino que dejé la tarta en blanco para que todos los asistentes, la firmasen y ellos también fueran parte de la tarta sorpresa.
Como ya os he dicho, Toni es profe de autoescuela y al hacer las galletas me acordé de la señal de prohibido…pero no Toni, realmente que sean 40 mas.
Y por último, una tarta para una chica que abandona la quincena y cumple los 16; su mami quería algo sencillo pero con personalidad, como Carla.
Le gustaba mucho el color rosa fuerte, sin llegar a fucsia y el negro, por supuesto; la mami de Carla quería que la tarta llevara una flor, pero que no fuera una tarta muy "pastelosa", por lo que elegí hacerla en negro.
A la rosa le espolvoreé con un poco de polvos comestibles dorados y el efecto que creó, me gestó bastante ya que parecía una rosa de cuero.
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